Intervención inicial y réplica de la diputada de IU
Ascensión de las Heras en su interpelación a la ministra de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, en el Pleno del Congreso
Intervención inicial: "Señora ministra, el aumento insostenible de la pobreza que sufrimos desde hace años en nuestro país nos sitúa en un estado de emergencia social que es imprescindible abordar de manera urgente. La crisis como pretexto no nos vale y menos si la tratamos en sus justos términos, es decir, como una gran estafa que ha permitido una inmensa deuda privada creada por la avaricia, la codicia y la usura de las grandes empresas inmobiliarias y los bancos, consentida y avalada por las políticas neoliberales practicadas por los partidos del Gobierno responsable en cada momento.
La deuda astronómica e insoportable que hoy sufre nuestro país no ha sido generada por un excesivo gasto público, como pretenden machaconamente hacernos creer. No partíamos de una deuda pública cuando en 2008 se cerró el ejercicio con superávit. El Estado no gastó en políticas públicas por encima de sus posibilidades. Las personas y las familias no gastaron por encima de sus posibilidades. Fueron las grandes constructoras y los bancos que invirtieron en España con el objeto de lucrarse con el sector inmobiliario de las infraestructuras los que de manera irresponsable y kamikaze lo hicieron por encima de las posibilidades de la mayoría de la ciudadanía.
Ante esta realidad, el Gobierno sólo ha salvado precisamente a los culpables de esta situación mediante cantidades ingentes de dinero y traspasando esa deuda al conjunto de la ciudadanía, culminando y consagrando su compromiso con los culpables mediante la modificación del artículo 135 de la Constitución, sin contar, por supuesto, con los primeros, que están trágicamente pagando esas deudas, es decir, con los ciudadanos y las ciudadanas mayoría de este país.
Nos dijeron que esta modificación de la Constitución, que sellaba el compromiso de pago de los desmanes de la Banca, era imprescindible para dar estabilidad a los mercados internacionales. Nos han dicho que la crisis sería superada más pronto que tarde y que todo volvería al cauce de crecimiento y bonanza que habíamos disfrutado en los últimos años, pero lo cierto es que la crisis dura ya más de cinco años y ustedes siguen con el mismo cuento macabro.
En esos tiempos de cuestionable bonanza, que abarca el decenio 1998 a 2007, la pobreza estructural no disminuyó sino que, muy al contrario, creció la situación de riesgo de pobreza y de exclusión social. Y en la alternancia del Partido Popular y del Partido Socialista, responsables de gobierno en esta época, en el bipartidismo, ambos se olvidaron de afianzar un Estado social que garantizara la redistribución justa de los ingresos. No se consolidó la protección social ni se aumentó la proporción de inversión en gasto social con respecto al producto interior bruto, mientras se reducían de manera alarmante los ingresos con las reducciones fiscales a los más ricos. Y es así como durante el crecimiento económico toda esa riqueza fue acumulada en manos de las personas más ricas y creció la desigualdad.
Ahora, la beligerancia con que ustedes, señores del Partido Popular, y su Gobierno, señora Mato, están gestionando esta situación centrándose en la reducción del déficit para asegurar el pago de la deuda a la Banca mediante medidas de recortes escandalosos del gasto en políticas públicas y en prestaciones sociales, está abocando a este país al peor de los mundos posibles. Sus decisiones políticas nada tienen que ver con cuestiones netamente económicas; son una opción puramente política e ideológica que está convirtiendo a España en un país más pobre, más desigual, con menos derechos sociales y con menos democracia; un país en el que la mayoría está sufriendo de manera dramática una estafa que ustedes se empeñan en llamar crisis y que supone un sufrimiento indecible para los sectores más vulnerables, que se encuentran en una situación de desesperación y de exclusión social cada día más difícil de revertir.
También está suponiendo un aumento de la pobreza en la inestable clase media de nuestro país que ve cómo se le priva de empleo y de servicios fundamentales como la Sanidad, la Educación o la dependencia y, a la par, pierden ayudas para material escolar, becas universitarias o para los comedores escolares, o se ven en la situación desesperante de lidiar cada día entre hacer frente al pago de la hipoteca o afrontar gastos domésticos básicos, señora ministra, básicos, como puede ser la comida.
Esto está sucediendo hoy en este país, en el siglo XXI. Uno de cada cuatro españoles se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. Y esta situación, señora ministra, tiene responsables: son ustedes, señores del Gobierno del Partido Popular, que han decidido aplicar en esta situación causada por los ricos la vieja receta neoliberal del recorte de los servicios públicos, la del aumento de los impuestos a las clases medias y bajas, librando de la carga fiscal a las grandes fortunas. Bajo su responsabilidad se están trasladando los recursos públicos de Sanidad, Educación y servicios sociales, y también de infraestructuras a manos de unos pocos. Son ustedes los que, en definitiva, han decidido firmemente salvar a los bancos y abandonar a las personas. Y bajo su responsabilidad de gobierno tendrán que dar soluciones de manera inmediata a esta situación, sin perder, señora ministra, ni un solo minuto, porque no se puede perder ni un solo minuto.
Existen múltiples informes que avalan esta situación y todos los datos que yo he expuesto aquí. El informe de Intermón Oxfam de diciembre de 2012 sobre la pobreza y la desigualdad comienza con una cita de Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, que yo quiero repetir aquí: ‘Nosotros ya hemos vivido esto. El Fondo Monetario Internacional nos impuso un proceso que llamaron de ajuste -ahora ustedes lo llaman de austeridad-. Había que recortar todos los gastos, los corrientes y los de inversión, aseguraban que así llegaríamos a un alto grado de eficiencia, los salarios bajarían y se adecuarían los impuestos. Ese modelo llevó a la quiebra a casi toda Latinoamérica en los años ochenta’. La vieja y fracasada receta neoliberal, señora ministra.
En este mismo informe se pone de manifiesto que si no se cambian las políticas que se están aplicando, puede llevarnos entre dos y tres décadas recuperar el nivel de bienestar que había en España justo antes de la crisis. Mantiene que si no se toman medidas para combatir la pobreza, la exclusión y la desigualdad social, en el año 2022, dentro de tan solo de 10 años, en este país, en España, habrá 18 millones de personas pobres, personas que tendrán dificultades para cubrir sus necesidades básicas; 18 millones de personas son el 38% de la población; y el 20% de los más ricos en el año 2020 podrían ingresar 15 veces más que el 20% de las personas más pobres, llevándonos a un aumento insoportable de la desigualdad social.
Es necesario, por tanto, atajar el problema cuanto antes desde la raíz y sin pretextos, y cuando hablamos de resolver y atajar el problema que genera la desigualdad y la pobreza, señora Mato, no hablamos de caridad ni de beneficencia, no hablamos de abrir la limosnera a la salida de la iglesia; estamos hablando de justicia social; hablamos de la obligación de convertir nuestro país en un lugar habitable, avanzado, solidario y esencialmente democrático, un país que ayude a las personas y ponga a su disposición los recursos y la economía.
Ustedes tienen la obligación de gobierno y por eso les exigimos -y le daremos forma de moción la próxima semana- que, en primer lugar, se articulen todas las medidas necesarias que palien el problema que sufren hoy más de 8,5 millones de personas para cubrir las necesidades básicas más urgentes. Si realmente tienen voluntad de acabar con esto, ya tendrían que haberse puesto a trabajar en un plan estatal de emergencia contra la pobreza y la exclusión social, un plan con medidas que aporten soluciones concretas a sectores especialmente afectados y vulnerables, no sólo los niños, aunque también, sino las mujeres y las personas con diferentes capacidades, un plan que garantice una renta básica de ciudadanía en todo el país como derecho subjetivo y que tome como base la renta básica de inserción de las comunidades autónomas.
Es necesario un plan que contemple la creación de bancos de alimentos, el aumento de albergues de acogida y comedores sociales para las personas sin hogar. Empiecen a hacer política para las mayorías, esas que en gran medida les han votado y han hecho que ustedes gobiernen, hágalo en defensa de sus intereses; eso es lo que le pedimos y luego me extenderé, señora ministra, después de su intervención. Gracias."
Réplica a la ministra Ana Mato: "Señora ministra, partimos claramente de un diagnóstico muy diferente y creo firmemente, señora Mato, que usted está equivocada. Usted y su Gobierno están equivocados y, por eso, no pueden dar soluciones a esta situación. El control del déficit como dios eterno sin tener en cuenta la inversión y los ingresos, sin tener en cuenta la necesidad de invertir y llevar a cabo gasto público, no da soluciones en una situación como esta. Los ingresos también sufren en el conjunto del país. La manera en que los colectivos tributan los ingresos conduce a la desigualdad fiscal y, por lo tanto, a la desigualdad social. Una familia monoparental media -es decir, una mujer con dos hijos- aporta tanto con su declaración de la Renta como lo hacen las multinacionales que facturan más de 1.000 millones de euros, el 15,6%. Las Sicav tributan al 1%, mientras que las pymes lo hacen al 16%. No soportamos el peso de los ingresos igual y, por lo tanto, hay un déficit de ingresos y no se pueden hacer los gastos que son absolutamente necesarios.
Ha hablado usted de un plan nacional de lucha contra la pobreza infantil, entre muchas otras medidas, pero no creemos que se pueda llevar a cabo con los recortes en los Presupuestos de 2013 que ya hemos sufrido en Sanidad, en Educación, en servicios sociales o en ayuda a las familias. Es un plan nacional de lucha contra la pobreza infantil absolutamente insuficiente, porque tengo entendido que cuenta con un presupuesto de alrededor de 5.000 millones de euros para llevarlo a cabo durante cuatro años, compartido con las comunidades autónomas y los ayuntamientos, y sin tener en cuenta que el factor fundamental por el que sufren la pobreza los niños y adolescentes es porque se encuentran enmarcados en familias monoparentales donde el peso de los ingresos lo soporta fundamentalmente la mujer. Ahí es donde esos niños y adolescentes sufren discriminación y desigualdad y desde donde se debería tratar.
Un plan integral de atención a los menores con grandes discapacidades es uno de sus ejes. Pero, señora ministra, ¿esto va a servir para corregir las medidas de recortes en la aplicación de la Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas con discapacidad o en situación de dependencia tal y como se contempló en el inicio? Porque si no es así, si su Gobierno no piensa corregir los recortes que ha realizado paralizando la Ley de Dependencia, no podrá llevar a cabo ese plan integral."
Intervención inicial: "Señora ministra, el aumento insostenible de la pobreza que sufrimos desde hace años en nuestro país nos sitúa en un estado de emergencia social que es imprescindible abordar de manera urgente. La crisis como pretexto no nos vale y menos si la tratamos en sus justos términos, es decir, como una gran estafa que ha permitido una inmensa deuda privada creada por la avaricia, la codicia y la usura de las grandes empresas inmobiliarias y los bancos, consentida y avalada por las políticas neoliberales practicadas por los partidos del Gobierno responsable en cada momento.
La deuda astronómica e insoportable que hoy sufre nuestro país no ha sido generada por un excesivo gasto público, como pretenden machaconamente hacernos creer. No partíamos de una deuda pública cuando en 2008 se cerró el ejercicio con superávit. El Estado no gastó en políticas públicas por encima de sus posibilidades. Las personas y las familias no gastaron por encima de sus posibilidades. Fueron las grandes constructoras y los bancos que invirtieron en España con el objeto de lucrarse con el sector inmobiliario de las infraestructuras los que de manera irresponsable y kamikaze lo hicieron por encima de las posibilidades de la mayoría de la ciudadanía.
Ante esta realidad, el Gobierno sólo ha salvado precisamente a los culpables de esta situación mediante cantidades ingentes de dinero y traspasando esa deuda al conjunto de la ciudadanía, culminando y consagrando su compromiso con los culpables mediante la modificación del artículo 135 de la Constitución, sin contar, por supuesto, con los primeros, que están trágicamente pagando esas deudas, es decir, con los ciudadanos y las ciudadanas mayoría de este país.
Nos dijeron que esta modificación de la Constitución, que sellaba el compromiso de pago de los desmanes de la Banca, era imprescindible para dar estabilidad a los mercados internacionales. Nos han dicho que la crisis sería superada más pronto que tarde y que todo volvería al cauce de crecimiento y bonanza que habíamos disfrutado en los últimos años, pero lo cierto es que la crisis dura ya más de cinco años y ustedes siguen con el mismo cuento macabro.
En esos tiempos de cuestionable bonanza, que abarca el decenio 1998 a 2007, la pobreza estructural no disminuyó sino que, muy al contrario, creció la situación de riesgo de pobreza y de exclusión social. Y en la alternancia del Partido Popular y del Partido Socialista, responsables de gobierno en esta época, en el bipartidismo, ambos se olvidaron de afianzar un Estado social que garantizara la redistribución justa de los ingresos. No se consolidó la protección social ni se aumentó la proporción de inversión en gasto social con respecto al producto interior bruto, mientras se reducían de manera alarmante los ingresos con las reducciones fiscales a los más ricos. Y es así como durante el crecimiento económico toda esa riqueza fue acumulada en manos de las personas más ricas y creció la desigualdad.
Ahora, la beligerancia con que ustedes, señores del Partido Popular, y su Gobierno, señora Mato, están gestionando esta situación centrándose en la reducción del déficit para asegurar el pago de la deuda a la Banca mediante medidas de recortes escandalosos del gasto en políticas públicas y en prestaciones sociales, está abocando a este país al peor de los mundos posibles. Sus decisiones políticas nada tienen que ver con cuestiones netamente económicas; son una opción puramente política e ideológica que está convirtiendo a España en un país más pobre, más desigual, con menos derechos sociales y con menos democracia; un país en el que la mayoría está sufriendo de manera dramática una estafa que ustedes se empeñan en llamar crisis y que supone un sufrimiento indecible para los sectores más vulnerables, que se encuentran en una situación de desesperación y de exclusión social cada día más difícil de revertir.
También está suponiendo un aumento de la pobreza en la inestable clase media de nuestro país que ve cómo se le priva de empleo y de servicios fundamentales como la Sanidad, la Educación o la dependencia y, a la par, pierden ayudas para material escolar, becas universitarias o para los comedores escolares, o se ven en la situación desesperante de lidiar cada día entre hacer frente al pago de la hipoteca o afrontar gastos domésticos básicos, señora ministra, básicos, como puede ser la comida.
Esto está sucediendo hoy en este país, en el siglo XXI. Uno de cada cuatro españoles se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. Y esta situación, señora ministra, tiene responsables: son ustedes, señores del Gobierno del Partido Popular, que han decidido aplicar en esta situación causada por los ricos la vieja receta neoliberal del recorte de los servicios públicos, la del aumento de los impuestos a las clases medias y bajas, librando de la carga fiscal a las grandes fortunas. Bajo su responsabilidad se están trasladando los recursos públicos de Sanidad, Educación y servicios sociales, y también de infraestructuras a manos de unos pocos. Son ustedes los que, en definitiva, han decidido firmemente salvar a los bancos y abandonar a las personas. Y bajo su responsabilidad de gobierno tendrán que dar soluciones de manera inmediata a esta situación, sin perder, señora ministra, ni un solo minuto, porque no se puede perder ni un solo minuto.
Existen múltiples informes que avalan esta situación y todos los datos que yo he expuesto aquí. El informe de Intermón Oxfam de diciembre de 2012 sobre la pobreza y la desigualdad comienza con una cita de Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, que yo quiero repetir aquí: ‘Nosotros ya hemos vivido esto. El Fondo Monetario Internacional nos impuso un proceso que llamaron de ajuste -ahora ustedes lo llaman de austeridad-. Había que recortar todos los gastos, los corrientes y los de inversión, aseguraban que así llegaríamos a un alto grado de eficiencia, los salarios bajarían y se adecuarían los impuestos. Ese modelo llevó a la quiebra a casi toda Latinoamérica en los años ochenta’. La vieja y fracasada receta neoliberal, señora ministra.
En este mismo informe se pone de manifiesto que si no se cambian las políticas que se están aplicando, puede llevarnos entre dos y tres décadas recuperar el nivel de bienestar que había en España justo antes de la crisis. Mantiene que si no se toman medidas para combatir la pobreza, la exclusión y la desigualdad social, en el año 2022, dentro de tan solo de 10 años, en este país, en España, habrá 18 millones de personas pobres, personas que tendrán dificultades para cubrir sus necesidades básicas; 18 millones de personas son el 38% de la población; y el 20% de los más ricos en el año 2020 podrían ingresar 15 veces más que el 20% de las personas más pobres, llevándonos a un aumento insoportable de la desigualdad social.
Es necesario, por tanto, atajar el problema cuanto antes desde la raíz y sin pretextos, y cuando hablamos de resolver y atajar el problema que genera la desigualdad y la pobreza, señora Mato, no hablamos de caridad ni de beneficencia, no hablamos de abrir la limosnera a la salida de la iglesia; estamos hablando de justicia social; hablamos de la obligación de convertir nuestro país en un lugar habitable, avanzado, solidario y esencialmente democrático, un país que ayude a las personas y ponga a su disposición los recursos y la economía.
Ustedes tienen la obligación de gobierno y por eso les exigimos -y le daremos forma de moción la próxima semana- que, en primer lugar, se articulen todas las medidas necesarias que palien el problema que sufren hoy más de 8,5 millones de personas para cubrir las necesidades básicas más urgentes. Si realmente tienen voluntad de acabar con esto, ya tendrían que haberse puesto a trabajar en un plan estatal de emergencia contra la pobreza y la exclusión social, un plan con medidas que aporten soluciones concretas a sectores especialmente afectados y vulnerables, no sólo los niños, aunque también, sino las mujeres y las personas con diferentes capacidades, un plan que garantice una renta básica de ciudadanía en todo el país como derecho subjetivo y que tome como base la renta básica de inserción de las comunidades autónomas.
Es necesario un plan que contemple la creación de bancos de alimentos, el aumento de albergues de acogida y comedores sociales para las personas sin hogar. Empiecen a hacer política para las mayorías, esas que en gran medida les han votado y han hecho que ustedes gobiernen, hágalo en defensa de sus intereses; eso es lo que le pedimos y luego me extenderé, señora ministra, después de su intervención. Gracias."
Réplica a la ministra Ana Mato: "Señora ministra, partimos claramente de un diagnóstico muy diferente y creo firmemente, señora Mato, que usted está equivocada. Usted y su Gobierno están equivocados y, por eso, no pueden dar soluciones a esta situación. El control del déficit como dios eterno sin tener en cuenta la inversión y los ingresos, sin tener en cuenta la necesidad de invertir y llevar a cabo gasto público, no da soluciones en una situación como esta. Los ingresos también sufren en el conjunto del país. La manera en que los colectivos tributan los ingresos conduce a la desigualdad fiscal y, por lo tanto, a la desigualdad social. Una familia monoparental media -es decir, una mujer con dos hijos- aporta tanto con su declaración de la Renta como lo hacen las multinacionales que facturan más de 1.000 millones de euros, el 15,6%. Las Sicav tributan al 1%, mientras que las pymes lo hacen al 16%. No soportamos el peso de los ingresos igual y, por lo tanto, hay un déficit de ingresos y no se pueden hacer los gastos que son absolutamente necesarios.
Ha hablado usted de un plan nacional de lucha contra la pobreza infantil, entre muchas otras medidas, pero no creemos que se pueda llevar a cabo con los recortes en los Presupuestos de 2013 que ya hemos sufrido en Sanidad, en Educación, en servicios sociales o en ayuda a las familias. Es un plan nacional de lucha contra la pobreza infantil absolutamente insuficiente, porque tengo entendido que cuenta con un presupuesto de alrededor de 5.000 millones de euros para llevarlo a cabo durante cuatro años, compartido con las comunidades autónomas y los ayuntamientos, y sin tener en cuenta que el factor fundamental por el que sufren la pobreza los niños y adolescentes es porque se encuentran enmarcados en familias monoparentales donde el peso de los ingresos lo soporta fundamentalmente la mujer. Ahí es donde esos niños y adolescentes sufren discriminación y desigualdad y desde donde se debería tratar.
Un plan integral de atención a los menores con grandes discapacidades es uno de sus ejes. Pero, señora ministra, ¿esto va a servir para corregir las medidas de recortes en la aplicación de la Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas con discapacidad o en situación de dependencia tal y como se contempló en el inicio? Porque si no es así, si su Gobierno no piensa corregir los recortes que ha realizado paralizando la Ley de Dependencia, no podrá llevar a cabo ese plan integral."
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